Ya lo sé todo, mis padres me enseñaron modales, como comportarme en cada caso o cuando callarme cuando debo. Quizás debería demostrar más a menudo cuando tengo que callarme y cuando tengo que hablar, pero es que cuando me sacas de mis casillas no puedo controlarme. 
Es que hay veces que tendría ganas de matarte, me sacas de quicio, no te aguanto es más, a veces deseo no haberte conocido, pero otras en cambio tengo ganas de abrazarte y de no soltarte nunca, de comerte a besos, de reírme contigo, de hacer mil tonterías. Nunca eres constante, siempre me tienes que cabrear...
Debería emplear más el callarme, en no decir todo lo que pasa por mi pequeña cabecita, pero no puedo evitarlo, y menos cuando dices tus gilipolleces. A partir de ahora, me va a dar igual lo que me digas me voy a callar y me voy a reír, total siempre llegaremos a lo mismo, a que te quiero me quieres, pero así mejor sin enfados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario