¿Qué sería nuestra vida sin los buenos momentos?
A veces nuestra vida pierde el rumbo, perdemos el contacto con personas que queremos o simplemente olvidamos esas pequeñas cosas que nos hacían ser felices y disfrutar de esos buenos momentos, que por una parte, no se van nunca, sino que los dejamos apartados en algún rincón de nuestras almas y que aparecen sin previo aviso. Estos recuerdos, son necesarios para nuestra supervivencia ante un mundo, plagado de tristeza, rencor y maldad.
Entonces, es cuando te das cuenta de que tienes que disfrutar cada uno de los segundos que te da la vida, disfrutar al máximo; cantar, reír, soñar, amar pero sobre todo… tener amigos con los que disfrutar día a día.














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