Por fin pude olvidarme de ti, ahora por fin puedo mirarte a la cara y no sonrojarme, que mi cuerpo ya no vibra por ti ni siento nada de todo lo que sentía al verte. No me preguntes como fue, ni yo misma lo sé, pero…¿para qué saberlo? Lo importante ahora es que se esfumó ese sentimiento. Sí, puede sonar un poco egoísta por mi parte, por eso te pido disculpas, pero tenía que decirte que ya no estás dentro de mí. Que ahora me siento con ganas de volar alto, muy alto, hasta poder tocar el Sol y no quemarme. Porque me he vuelto invencible a todo. Ya nada me puede hacer daño. Al fin y al cabo tengo que darte las gracias. Gracias por hacerme fuerte, por engañarme como me has engañado para poder ver como es en realidad la vida. Ahora, aquí te dejo este pequeño espacio. Yo me voy a renacer como el ave que soy a recuperar mi integridad de ser la mujer que siempre fui antes de llegar a conocerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario