*Pon el vídeo y escucha
la canción mientras lees*
Y a fin de cuentas, sólo fui para recordarte, y
apareciste, pensaba que un golpe de suerte valdría más y no se gastaría en un
solo día.
Tenía la esperanza de no volver a verte,no volver a hablar contigo, pero mis pensamientos se quedaron plasmados en un sólo día perdido.
Tenía la esperanza de no volver a verte,no volver a hablar contigo, pero mis pensamientos se quedaron plasmados en un sólo día perdido.
Y es que ese fue ese día, un triste y sólo día perdido.
Y es que a veces ser tan soñadora y soñar con lo imposible, no es bueno.
Ahora que ya comenzaba a olvidarte, tuviste que volver a hablarme, y como un idiota te sonreí, pensando que algo bueno podía pasar, olvidando que llevaba casi mi media vida de consciente intentando olvidar tus besos tan amargos.
Y ese fue aquel momento, el que siempre capturé en el tiempo, ahora que estábamos tan cerca, tendré que esperar meses para volver a verte, y sólo me queda esperar que no te olvides de lo que dijiste.
Cada palabra, cada verso, son el reflejo del sentimiento que pongo escribiendo cada vez que pienso en ti, porque sí, yo tan inocente pensando que aún guardabas un trozo de tu mente para esta triste indigente de tu cariño.
Y esto es lo que te escribo, con los dedos húmedos, mientras las lágrimas caen lentamente, una por una, por mi cara, mojando mis mejillas, mientras tú sigues de fiesta en fiesta.
¿Qué no merece la pena? Ya lo sé, no hace falta que nadie me diga lo imbécil que soy por volver a caer en ti, volver a caer en lo imposible.
Ya me lo digo yo cada mañana, aunque cambio de opinión cada vez que paso por aquel lugar y yo sonrío.
Juego a olvidarte, espero que este juego no tenga trampas, y que, de una vez por todas, logre terminar esta interminable partida.
Y la voz desgastada de tanto gritar, que nunca volverás.
El invierno mi piel congelará mientras sigo esperando aquel instante, muerta de frío, de noche, en aquella puerta, esperando a que vuelvas, con las manos congeladas y de esperanza ya casi nula.
Amor, dime cuando te vas que me haga a la idea de no volver a verte jamás...
Y es que a veces ser tan soñadora y soñar con lo imposible, no es bueno.
Ahora que ya comenzaba a olvidarte, tuviste que volver a hablarme, y como un idiota te sonreí, pensando que algo bueno podía pasar, olvidando que llevaba casi mi media vida de consciente intentando olvidar tus besos tan amargos.
Y ese fue aquel momento, el que siempre capturé en el tiempo, ahora que estábamos tan cerca, tendré que esperar meses para volver a verte, y sólo me queda esperar que no te olvides de lo que dijiste.
Cada palabra, cada verso, son el reflejo del sentimiento que pongo escribiendo cada vez que pienso en ti, porque sí, yo tan inocente pensando que aún guardabas un trozo de tu mente para esta triste indigente de tu cariño.
Y esto es lo que te escribo, con los dedos húmedos, mientras las lágrimas caen lentamente, una por una, por mi cara, mojando mis mejillas, mientras tú sigues de fiesta en fiesta.
¿Qué no merece la pena? Ya lo sé, no hace falta que nadie me diga lo imbécil que soy por volver a caer en ti, volver a caer en lo imposible.
Ya me lo digo yo cada mañana, aunque cambio de opinión cada vez que paso por aquel lugar y yo sonrío.
Juego a olvidarte, espero que este juego no tenga trampas, y que, de una vez por todas, logre terminar esta interminable partida.
Y la voz desgastada de tanto gritar, que nunca volverás.
El invierno mi piel congelará mientras sigo esperando aquel instante, muerta de frío, de noche, en aquella puerta, esperando a que vuelvas, con las manos congeladas y de esperanza ya casi nula.
Amor, dime cuando te vas que me haga a la idea de no volver a verte jamás...
