Ya lo sé todo, mis padres me enseñaron modales, como comportarme en cada caso o cuando callarme cuando debo. Quizás debería demostrar más a menudo cuando tengo que callarme y cuando tengo que hablar, pero es que cuando me sacas de mis casillas no puedo controlarme. 
Es que hay veces que tendría ganas de matarte, me sacas de quicio, no te aguanto es más, a veces deseo no haberte conocido, pero otras en cambio tengo ganas de abrazarte y de no soltarte nunca, de comerte a besos, de reírme contigo, de hacer mil tonterías. Nunca eres constante, siempre me tienes que cabrear...
Debería emplear más el callarme, en no decir todo lo que pasa por mi pequeña cabecita, pero no puedo evitarlo, y menos cuando dices tus gilipolleces. A partir de ahora, me va a dar igual lo que me digas me voy a callar y me voy a reír, total siempre llegaremos a lo mismo, a que te quiero me quieres, pero así mejor sin enfados.

Lo que daria por...

Hacer juntos mil y una tonterías.

Nada de el otro mundo...

No busco nada del otro mundo. Sólo alguien que piense en mí más de lo que admite, que sienta que todo se va a la mierda si discutimos, que me abrace sin que le vean, alguien que me haga reír hasta no aguantar más y haga que me ría cuando lloro. Que me diga que todas esas canciones de amor, lo hacen acordar a mí, aunque sea mentira. Que me diga que estoy hermosa, aunque no esté del todo despierta. Que me diga que doy los mejores besos, aunque haya habido otra mejor. Que me diga que tengo los ojos más lindos, aunque sean iguales a todos los demás, que le encante mi pelo, aunque siempre esté enredado, alguien que me haga sentir la chica más afortunada del universo, SÓLO POR EL HECHO DE TENERLO.